3 de marzo de 2016

Los servicios ambientales que nos prestan los ecosistemas

Desde siempre la actividad humana se ha desarrollado en estrecha relación con la naturaleza. La agricultura, la ganadería, la pesca y la actividad forestal proporcionan y se benefician de los distintos servicios ambientales que nos presta la naturaleza.

Los ecosistemas son sistemas biológicos formados por un medio natural y por las comunidades de seres vivos que viven en él. En la tierra que se recoge con una palada de excavadora hay más microorganismo vivos que habitantes en todo el planeta (miles de millones). Los ecosistemas constituyen un nivel de organización de la naturaleza más delimitado que la ecosfera y pueden ser bosques, selvas húmedas, ríos, lagos, humedales, pastizales, arrecifes de coral o dunas costeras. Debido a la existencia de ecosistemas a nuestro alrededor obtenemos determinados productos y servicios ambientales que nos ofrece (gratuitamente) la Tierra Madre

Estos ecosistemas nos prestan a los seres humanos una serie de servicios ambientales que no hemos reconocido y valorado hasta que los propios ecosistemas y los servicios ambientales que nos proporcionan se han visto presionados y amenazados por nuestra irresponsabilidad (la extracción descontrolada de materias primas, el vertido indiscriminado de residuos, los cambios de uso del suelo, la alteración de los ciclos bio-químicos o la destrucción y fragmentación de hábitats...).

En 1973 el economista Ernst Friedrich Schumacher introdujo el concepto de capital natural en su libro Small is beautiful, donde exponía que los recursos naturales se consideran unos ingresos prescindibles, cuando deberían ser considerados como capital, ya que no son renovables y están por tanto sujetos a un eventual agotamiento.

El Convenio sobre la biodiversidad firmado en Río de Janeiro en 1992 definió la biodiversidad como la variabilidad de los organismos vivos de cualquier fuente, e incluyó el compromiso de proteger los ecosistemas, los hábitats naturales y de mantener poblaciones viables de especies en entornos naturales. A raíz de este convenio, para poder proteger los ecosistemas, se comenzó a investigar, a analizar, a hacer inventarios de los distintos ecosistemas.

Una de las formas de protección de los ecosistemas es el pago por el disfrute de estos servicios ambientales. Por ejemplo el economista danés Sven Wunder, tras estudiar la deforestación de la selva amazónica, propuso para el mundo forestal establecer acuerdos entre los propietarios de los terrenos y los beneficiarios de los servicios que proporcionan los bosques. En nuestra mentalidad capitalista, los mensajes medidos en dinero debieran ser más comprensibles, pero en la práctica las ha resultado muy difícil de encajar.

En su libro de 1997 Nature services: societal dependence on natural ecosystems la bióloga Gretchen Daily, de la Universidad de Stanford explicaba nuestra dependencia de los servicios ambientales que nos presta la naturaleza y hacía unas reflexiones sobre su valor económico. En esta misma época, el economista Robert Constanza, junto con otros autores, estimó el valor de los servicios ambientales en 33.000 M$/a, aproximadamente el doble del PIB global del planeta (en 1997). Este valor actualizado a 2014 era del orden de 144.000 M$/a. Pese a este enorme valor económico la preservación de los ecosistemas y de los servicios ambientales no recibe la atención normativa necesaria. 

El informe de Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de 2005 define los servicios de los ecosistemas como aquellos los beneficios, tanto directos como indirectos, que obtenemos los seres humanos de los ecosistemas” y establece 4 categorías:


- Servicios de soporte, necesarios para la existencia del resto de servicios: espacios para la dispersión y reciclaje de nutrientes, la dispersión de semillas, la producción primaria
- Servicios de regulación, beneficios indirectos debidos a la regulación de procesos cíclicos: captura de CO2, descomposición de materia orgánica, purificación del agua y del aire, polinización de cultivos, control de plagas- Servicios de abastecimiento, los beneficios materiales que se obtienen: alimentos, agua, minerales, productos bioqímicos o farmacéuticos, combustibles
- Servicios culturales, los beneficios inmateriales: enriquecimiento cultural, ocio, desarrollo cognitivo (descubrimiento científico)

Este mismo informe indica que las dos terceras partes de los servicios ambientales de todo el mundo están amenazados o en declive. Esto afecta a nuestra salud, a nuestra calidad de vida y a nuestra economía. Los recursos naturales y los servicios ambientales son la base de la agricultura y la alimentación del planeta.

La biodiversidad nos afecta por igual a todos, desde individuos hasta organizaciones multinacionales. Ya sea mediante su equivalente monetario o debido al puro egoísmo por nuestra supervivencia como especie es imprescindible que nos concienciemos sobre la relación entre el bienestar humano y la conservación de las funciones básicas del planeta, que son posibles gracias a estos servicios ambientales que gratuitamente nos presta la naturaleza. Además la protección de la biodiversidad abre oportunidades empresariales para abordar nuevos mercados o nuevas áreas de negocio.

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