20 de marzo de 2016

Cambios en el modelo eléctrico (III): la generación distribuida

Hasta hace unas décadas la mayoría de la energía eléctrica consumida era generada de forma centralizada en grandes centrales eléctricas y luego era transportada y distribuida mediante grandes infraestructuras (líneas eléctricas y subestaciones) hasta los puntos de consumo. Al ser negocios muy intensivos en capital existe una vinculación histórica ente la banca y las compañías eléctricas.

Este modelo convencional, centralizado y basado en los combustibles fósiles (carbón y petróleo) y nucleares, está totalmente condicionado por la necesidad de ajustar la oferta a la demanda eléctrica, con la generación alejada del consumo y los consumidores como agentes pasivos.

Esto fue así hasta las crisis del petróleo de los años 70 del siglo XX. Si toda crisis supone cambios, esta gran crisis del petróleo fue el detonante de grandes cambios en el mundo de la energía, que acabaron por desplazar al petróleo y sus derivados del sector de la generación eléctrica. Pero ha habido muchos más cambios.

En 1976 Amory Lovins, un joven físico estadounidense publicó un artículo titulado Energy strategy: the road not taken?. En contra del discurso oficial de todos los expertos, de seguir en la vía de los combustibles fósiles y nucleares, el visionario Lovins proponía una vía alternativa, basada en las energías renovables y en la eficiencia energética. En el artículo se indicaba claramente que ambas vías, la vía dura, que miraba al pasado y la vía blanda, que miraba al futuro, tenían sus dificultades, pero que los problemas de cada alternativa eran muy distintos. Y además se resaltaba que ambas vías eran mutuamente excluyentes, puesto que cada una exigía infraestructuras, inversiones, agentes y actitudes que impiden la otra, por lo que era preciso tomar una decisión. Evidentemente, la respuesta del lobby energético (petrolero) estadounidense fue fulminante, desacreditando estos planteamientos y calificando a Lovins de iluminado irresponsable, capaz de conducir al país a constantes apagones.

Era necesario un compromiso para desarrollar fuentes de energía renovables, con la calidad y la escala necesarias para un uso final de la energía eléctrica. Afortunadamente en Europa, inicialmente de la mano de los Verdes alemanes -inspirados en la visión de Amory Lovins- se empezó a fomentar a las distintas tecnologías de generación eléctrica a partir de fuentes renovables, ya sean basadas en el aprovechamiento de los flujos de la biosfera (eólica, solar) o de la litosfera (geotermia). De esta forma se redefinieron las relaciones entre los poderes públicos, los tecnólogos y la sociedad civil. La voluntad política alemana, donde todo al arco parlamentario ha apoyado a largo plazo y sin fisuras a las energías renovables y a los proyectos energéticos ciudadanos y cooperativos, ha creado un marco que permite que los ciudadanos accedan al sistema eléctrico. Este impulso ha permitido contar con empresas europeas (y también españolas) erigidas en líderes mundiales en energías renovables.

A diferencia de otros países (Alemania, Dinamarca) la ciudadanía española no ha participado -salvo contadas excepciones- en la propiedad de las instalaciones de generación eléctrica renovables. Una de las excepciones han sido los huertos solares, una experiencia desastrosa y un ejemplo de cómo no hay que hacer las cosas (mala planificación, decisiones con efecto retroactivo, etc).

Así que, durante muchos años, el suministro de energía eléctrica a los más de 14 millones de hogares españoles ha sido una balsa de aceite, en la cual los sumisos abonados han recibido pasivamente el suministro procedente del mix eléctrico controlado por los aprendices de brujo, y sujeto a los vaivenes del mercado eléctrico. Y por supuesto, con los sumisos abonados pagando religiosamente su factura.

Pero esto va a cambiar, va a cambiar en breve y va a cambiar mucho. En energía está casi todo hecho, salvo en el sector terciario. Y es en los edificios donde es preciso actuar con convicción. A pesar de los palos en la rueda de los Gobiernos, movidos por la patronal eléctrica, cada vez más ciudadanos, conscientes de su poder de decisión como consumidores, se plantean instalar paneles solares FV (u otro tipo de generación eléctrica local) y convertirse en productores / consumidores de energía eléctrica. Al acercarse la generación eléctrica al consumo el sistema eléctrico se descentraliza. El suministro eléctrico va a pasar, de ser un mercado controlado por las 5 grandes empresas eléctricas de UNESA a estar gestionado por 50.000 generadores / consumidores.

Otros motivos de preocupación para las grandes empresas eléctricas son:

- la mayor conciencia ciudadana sobre el ahorro y la eficiencia energética y el uso de medidores de consumos eléctricos, que permiten a los consumidores descubrir dónde se gasta electricidad de forma superflua; los años de crecimiento anual del consumo eléctrico del 5% no volverán 
- los avances en el desarrollo de baterías eléctricas domésticas, capaces de almacenar la energía suficiente para el consumo eléctrico de toda la vivienda
- la normativa comunitaria sobre eficiencia energética en edificios y el concepto de edificio de consumo energético casi nulo (NZEB)

En este escenario de cambios, y dentro de la amenaza del cambio climático, toca elegir entre dos posibles enfoques: o buscar el interés económico de las empresas (los aprendices de brujo, la mirada al pasado) o buscar el interés social de los ciudadanos (la mirada al futuro). Alemania y su transición energética constituyen un espejo donde mirarse para abordar retos energéticos. Y recientemente el presidente alemán Joachim Gauck ha concedido a un veterano visionario, Amory Lovins, el galardón de la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito (Bundesverdienstkreuz, erste Klasse) por su visión y su liderazgo intelectual en la conceptualización de la transición energética. Los poderes públicos, al legislar, deben tomar partido. Hasta ahora en España se ha legislado descaradamente a favor del oligopolio. En esta España sin gobierno ¿se atreverán los poderes públicos -cuando los haya- a seguir haciéndolo en el futuro?

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