18 de noviembre de 2017

El futuro del mundo urbanizado

Es una tendencia clara el crecimiento continuo del porcentaje de la población mundial que vive en ciudades. Durante las últimas 4 ó 5 décadas, en la mayoría de las economías occidentales se ha ido consolidando el fenómeno de la urbanización, con millones de personas despoblando el mundo rural y hacinándose en ciudades industriales. El motivo de este desplazamiento masivo es evidente: la vida en la ciudad supone ventajas evidentes para las personas.

No nos podemos imaginar un polígono industrial situado en medio de ninguna parte, alejado de las ciudades. El concepto productivo en el mundo industrializado busca minimizar los tiempos y costes de materias primas y de productos terminados. Los tiempos de desplazamiento al puesto de trabajo, los costes y tiempos del transporte de materias primas y productos terminados se reducen con la proximidad, con las industrias situadas cerca de las ciudades. Además, cuanta más gente viva en las inmediaciones de una industria más grande es su mercado doméstico.

Además las ciudades proporcionan mejores oportunidades de educación y empleo, y ofrecen una mayor dotación de equipamientos e infraestructuras, por lo que las ciudades se han convertido en imanes que atraen a la población que abandona el campo buscando la “comodidad” de la vida urbana. 

Sin embargo, mirando hacia el futuro, este fenómeno se podría revertir debido a la cuarta revolución industrial y a las nuevas tecnologías que podrían anular estas ventajas que ofrecen las ciudades.

A medida que la fabricación y otras actividades profesionales se vayan automatizando y/o digitalizando, a medida que se vayan consolidando nuevas tendencias como la generación eléctrica distribuida, la climatización mediante bombas de calor, la captación de agua descentralizada compensará la menor dotación de infraestructuras en el mundo rural. En cuanto a educación, los cursos de formación gratuita, abierta y masiva (MOOC) estarán al alcance de cualquier ciudadano con acceso a Internet.

Se está discutiendo sobre si la cuarta revolución industrial y la automatización de muchos puestos de trabajo va a ocasionar más desempleos tecnológicos que nuevos empleos. En paralelo habría que suscitar el debate sobre si este fenómeno puede ayudar a dinamizar el mundo rural y a descongestionar nuestras ciudades. 

Con los cambios en el mercado laboral, el previsible auge del teletrabajo y las mayores opciones en cuanto a movilidad la cercanía física puede perder su sentido. De forma que puede que ya no sea preciso vivir hacinados y estresados en una ciudad cara e impersonal para poder disfrutar de la auto-suficiencia en cuanto a educación, empleo e infraestructuras, que son precisamente los motivos que hasta hoy han atraído a las personas desplazadas del campo a la ciudad.


Las nuevas soluciones descentralizadas en educación, empleo e infraestructuras pueden cambiar la geografía mundial a un modelo de vida más descentralizado, a un modelo de vida más desurbanizado.