1 de mayo de 2018

Examen de conciencia del sector de la edificación

La construcción es un sector de gran relevancia económica en cualquier país, suponiendo en torno al  10 % en cuanto a PIB y a creación de empleo. También es un sector con una gran incidencia en el consumo de recursos y en la generación de residuos. Y es además un sector muy poco dinámico, muy poco innovador y muy poco digital. El parque edificatorio español es muy extenso, está vivo y ha sido históricamente uno de los motores económicos en muchas regiones de España.

El sector inmobiliario y de edificación debe hacer un examen de conciencia. En un mundo que cambia tan rápidamente, un sector económico que históricamente ha estado fragmentado y ha sido lento en adaptarse ante cambios debe encontrar la forma de romper el molde y abordar cambios relevantes. Estos cambios deben tener lugar en distintos frentes: el cambio climático, el uso eficiente de recursos, la naturaleza y la biodiversidad, la salud y el bienestar y el impacto socioeconómico.

El parque edificatorio es responsable directo del 22% de la huella de carbono, cifra que sube hasta más del 40% si se incluyen las emisiones del transporte por carretera y por ferrocarril, así como la energía eléctrica empleada en cocinas y en consumos eléctricos en los edificios.

Las pautas de consumo en calefacción y aire acondicionado en los edificios tienen una gran influencia en  los consumos de energía y en la emisiones de GEI de los edificios. En los últimos años se han lanzado sellos y certificaciones de calidad energética y medioambiental de edificios, pero no en España han calado en la ciudadanía. Sin embargo en muchos países europeos este es un criterio más para la ciudadanía, a tener en cuenta junto con la ubicación, la superficie o el precio de su vivienda.

Cada vez hay más empresas promotoras y constructoras que adoptan estrategias de reducción de sus emisiones de GEI, en un esfuerzo para mitigar el cambio climático. Sin embargo estos objetivos son muy variopintos, oscilando significativamente entre organizaciones y subsectores. Muy pocas empresas se están esforzando en ser neutras o positivas en emisiones de GEI y prácticamente ninguna se ha autoimpuesto objetivos basados en aspectos científicos.

La construcción es uno de los principales sectores en cuanto a consumo de materiales y genera más residuos que cualquier otro sector. De estos RCD se recicla o reutiliza una pequeña fracción. En Europa algunas empresas del sector están empezando a considerar cómo podrían extraer valor de los materiales y los recursos durante el mayor tiempo posible y cómo recuperarlos tras la deconstrucción de los edificios (según modelos de economía circular), contribuyendo así a la reducción en la generación de residuos. Pero se trata de un asunto muy incipiente, que aún no ha prendido a lo largo de la cadena de suministro de la edificación.



La promoción inmobiliaria y la edificación tienen también un impacto significativo sobre los espacios naturales, las plantas y las especies. De hecho estamos viendo un resurgir de la preocupación por la naturaleza, tal como queda reflejado en el compromiso del gobierno británico de “ganancia ambiental neta” dentro de su plan medioambiental a 25 años. El capital natural en nuestras áreas urbanas nos aporta funciones importantes, como espacios verdes, sombra de los árboles y biodiversidad.

Afortunadamente invertir en estos asuntos lleva aparejado sus beneficios: mejora de la calidad atmosférica, secuestro de carbono, eliminación de las islas de calor y mejora del bienestar de la ciudadanía que usa estos espacios públicos. Los diseñadores y promotores más visionarios están empezando a poner a la naturaleza y a la biodiversidad en primera línea, puesto que han empezado a darse cuenta de los beneficios no solo ambientales, sino también económicos de priorizar (dar relevancia a) estos elementos. La creación de nuevos parques o zonas verdes genera beneficios económicos directos para las áreas de los alrededores, incluyendo la revalorización de la vivienda, la creación de empleo y un aumento de los ingresos del comercio de la zona.

La salud y el bienestar son temas que han ganado terreno rápidamente en el sector inmobiliario en algunos países europeos, sobre todo en edificios de oficinas, debido a la relación comprobada entre edificios sanos y empleados productivos. Las características físicas de nuestro parque edificatorio pueden contribuir directamente a la salud, bienestar y productividad de las personas. Las intervenciones en edificios (tanto en diseño como en explotación), centradas en la salud y el bienestar de sus ocupantes, pueden aportar beneficios en muy distintos sectores, incluyendo residencial, oficinas y terciario.

Por último la edificación, igual que todos los demás sectores económicos, no se puede permitir el lujo de pasar por alto el impacto socio-económico de sus actividades. Una promoción inmobiliaria exitosa debiera satisfacer las cambiantes (crecientes) necesidades y aspiraciones de los clientes, a la vez que ofrecer edificios y espacios que faciliten el que las comunidades de vecinos prosperen y proteger y mejorar el entorno natural. La mejor forma de conseguir esto es enfocándose en resultados concretos de valores sociales tales como trabajos, habilidades, empleo, salud, conectividad y diversidad, todos los cuales ayudarán a asegurar que el sector de la edificación hace una contribución positiva en la economía y en la sociedad a nivel macro.

Está claro que el futuro de este sector no puede ser una mera repetición de su pasado. Ya sea debido al mal estado de conservación de nuestro parque de edificios, a las limitaciones en cuanto a recursos, a la falta de capacidades y habilidades de los profesionales de la edificación o a presiones de la demanda ciudadana, la promoción inmobiliaria y la edificación necesitan un cambio de mentalidad para convertir estos retos en oportunidades y evitar mayores alteraciones. La innovación y la colaboración en cuanto a sostenibilidad pueden ayudar a cohesionar al sector para llegar a tener un mejor parque edificatorio.

Una aspiración razonable debiera ser que el desarrollo sostenible se haya convertido en un asunto internalizado por todos los profesionales del sector en un plazo de 10 años. Se atribuye a Miguel de Unamuno la afirmación de que “el progreso consiste en renovarse”, a la que siguió la frase hecha de “renovarse o morir”, que en este contexto resultaría muy apropiada para el sector de la edificación, por la necesidad de usar de forma generalizada las energías renovables en el parque edificatorio.

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