Una vez consolidados los combustibles fósiles (sobre todo carbón)
para satisfacer las demandas de calefacción en las viviendas, algunas huelgas mineras y el consiguiente desabastecimiento hicieron crecer la conciencia de buscar energías alternativas. Así, en los años
30 del siglo XX se retomó en Europa y en Estados Unidos el interés por la
arquitectura solar, y curiosamente los investigadores norteamericanos, buscando
un equilibrio entre la aportación solar, el nivel de aislamiento térmico y la
inercia térmica del edificio, llegaron a
inventar las mismas cosas que los griegos, los romanos y otros pueblos ya habían
descubierto muchos siglos antes.
En este sentido es de destacar el trabajo de la científica Maria Telkes, húngara de nacimiento y emigrada a los EEUU y pionera el la aplicación de la energía solar a la edificación, en proyectos tales como la casa Dover (1948), junto con la arquitecta Eleanor Raymond y la mecenas Amelia Peabody.
En este sentido es de destacar el trabajo de la científica Maria Telkes, húngara de nacimiento y emigrada a los EEUU y pionera el la aplicación de la energía solar a la edificación, en proyectos tales como la casa Dover (1948), junto con la arquitecta Eleanor Raymond y la mecenas Amelia Peabody.
Desde entonces ha habido dos corrientes de opinión, la de
los países que creían que los combustibles fósiles iban a ser inagotables y la
de los países conscientes de buscar alternativas solares (Israel, Japón, Australia),
baratas e inagotables.
En el último cuarto del siglo XX, ya con la conciencia del
agotamiento de los combustibles fósiles y del calentamiento global surge en
Alemania el concepto de casa pasiva (Passivhaus), de la mano del profesor alemán
Wolfgang Feist y el profesor sueco Bo Adamson. El concepto de casa pasiva lleva
al extremo la eficiencia energética, atendiendo a la orientación, a la
envolvente del edificio y aprovechando al máximo la energía solar. De esta
forma la demanda energética para la climatización de la vivienda es realmente
baja (del orden de 15 kWh/m2.a), conservando una elevada calidad del aire
interior.
- Modelización energética
- Aislamiento térmico de mayores espesores
- Supresión de puentes térmicos en la envolvente
- Control de las infiltraciones de aire no deseadas
- Calefacción mediante ventilación mecánica con recuperación de calor
- Carpintería (puertas y ventanas) de altas prestaciones en la envolvente
- Aprovechamiento del calor desprendido por personas, electrodomésticos o luminarias
Y mientras en Europa se propugnan las casas pasivas, al otro lado del Atlántico destaca el visionario Edward Mazria, autor del libro de la energía solar pasiva (1979) y promotor de la iniciativa Architecture 2030.
Una edificación adecuadamente orientada en cuanto a
soleamiento y adecuadamente dotada de aislamiento térmico puede permitir
ahorros energéticos del orden del 30%, sin suponer una merma de las condiciones
de confort para los usuarios del edificio, pero parece que esto no interesa a
algunos / todos.
Como resumen, a lo largo de los siglos, la escasez de
combustible ha dado pie en muchas ocasiones a la búsqueda de alternativas
energéticas, fomentando los avances en la tecnología y en la arquitectura
solar. Pero cada vez que se descubría un nuevo combustible abundante y barato,
la tecnología solar era considerada antieconómica y quedaba relegada y
marginada del predicamento oficial. La arquitectura solar pasiva ha sido
redescubierta y olvidada en múltiples ocasiones.
En España solamente se fomentan medidas activas, es decir,
instalaciones de generación distribuida a base de energía solar fotovoltaica,
tal como se propugna en el Código Técnico de la Edificación de 2006. Pero, además de las trabas al autoconsumo eléctrico, no hay ningún
interés normativo en fomentar medidas pasivas, en las que la orientación y el
diseño del edificio reducen notablemente el consumo de energía.
La arquitectura solar no está reñida con ningún estilo arquitectónico y es
perfectamente aplicable en entornos urbanos. Desde el punto de vista técnico
existen diversas soluciones sencillas y fiables, de eficacia contrastada. Solo
falta su generalización cultural, olvidando la desacertada connotación de la
arquitectura solar solamente aplicada en entornos rurales o alternativos
(hippies).
No hay comentarios:
Publicar un comentario