1 de septiembre de 2015

A vueltas con la economía circular (II): algunos cambios necesarios

La consecución de los objetivos de la economía circular necesitará diversas actuaciones coordinadas para superar los muchos retos que ya se han identificado y, si hay acierto, tendrá como resultado el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo. Pero también va a suponer cambios relevantes (en el sentido de políticas consensuadas capaces de cambiar las reglas de juego), y no todos estos cambios estarán bajo el control de los dirigentes políticos, sino que necesitarán de la participación, el consenso y el apoyo de los ciudadanos (consumidores) y de las empresas (productores).

La generación creciente de residuos supone un fallo de diseño del sistema de producción / consumo y de gestión de residuos, tanto en la oferta (diseño y producción) como en la demanda (consumo de productos y servicios). Hasta hace poco tiempo las empresas de gestión de residuos hacían negocio recogiendo y eliminando las cosas que nosotros tirábamos. En el pasado el énfasis en la prevención ha sido testimonial.

De ahora en adelante los sistemas de gestión de residuos se debieran diseñar al margen de la producción y el consumo, los residuos deberán quedar fuera de nuestra actividad económica.

Entre las herramientas para avanzar hacia la economía circular contamos con el ecodiseño y con el consumo responsable. Las empresas deben pasar a ver sus productos y servicios desde un punto de vista más allá de los límites de su negocio, más allá del punto de venta. Y los consumidores deben cambiar la cultura dominante de posesión por otras culturas de consumo como el alquiler, el leasing o el consumo colaborativo.

Las empresas han hecho esfuerzos en los últimos años por aumentar sus niveles de reciclaje. Y también los entes locales. Sin embargo en los hogares tirar las cosas sigue saliendo casi gratis. Y si no hay un incentivo económico para no tirar las cosas no se podrán mejorar los niveles de recuperación de los residuos domiciliarios. En algunos países se están probando medidas de cobrar por la recogida y el y tratamiento de los residuos domiciliarios en función de la cantidad que se genere (pay as you throw), y no en función de los metros cuadrados o del valor catastral de la vivienda.

Con objeto de seguir consumiendo menos recursos primarios la mejor solución podría ser establecer tasas al uso de recursos (materias primas), para favorecer el uso de materiales reciclados. Esta medida presenta serias dificultades, dada la libre circulación de bienes entre países y dado que en determinados países existen incluso subvenciones para la extracción de materias primas. En este sentido la Unión Europea debiera jugar un papel de liderazgo a nivel internacional

Otras medidas de tipo fiscal, buscando siempre el mayor aprovechamiento de los recursos, pueden ser tasas al vertido y a la incineración de residuos, a la extracción / captación de agua, a los combustibles para calefacción y a los productos de usar y tirar, empezando por colillas de cigarrillos, chicles, vasos de plástico y envases de comida basura y siguiendo por pañuelos de papel y envases.

Estas y otras que se expondrán en entradas posteriores son cuestiones para las que habrá que encontrar respuestas entre todos.

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